El festival de las niñas

Este año volvimos a sacar del armario la pareja de principes japonesa, simbolo del festival Hinamatsuri.

Una semana antes del dia internacional de la mujer, en Japón se celebra el festival de las niñas. En las casas se hacen pequeños altares donde se coloca la pareja de principes para atraer felicidad y salud a las más pequeñas de la casa.

En realidad a mi me encantan las festividades, celebraciones y otras fiestas afines, pero no puedo dejar de lamentar que incluso en la mejor tradición haya siempre un detalle que tenga que ser mejorado.

Hinamatsuri significa literalmente festival de las muñecas, o sea que a las niñas, desde una temprana edad ya se les reserva indirectamente un rol más decorativo en la sociedad. Y tampoco puedo dejar pasar inadvertido que mientras el dia de las niñas es un dia de calendario normal y corriente, el dia de los niños es festivo. Ya empezamos con las diferencias, protagonismos y otros sentimientos afines...

Ya Amélie Nothomb se lamentaba de estas sutiles diferencias en su libro “Metafisica de los tubos”, una fantastica y delirante autobiografia que relata la vida de la escritora de los 0 a los 3 años. Quizas llegados a este punto sea importante referir que Amélie, aunque de padres belgas es hija de tierras japonesas y a la edad de 2 años y medio ha decidido que seria japonesa.

Pero olvidando estos detalles, este año lo hemos celebrado devidamente. Juntamente con otras 3 parejas fieles representantes de la generación canguro y nuestras respectivas primogenitas, disfrutamos de una deliciosa comida japonesa teniendo como guardianes a “Odairi-sama” y “Ohina-sama”.

Amélie Nothom es una de mis escritoras favoritas, por ser una enamorada de Japón y por contarlo de una manera tan ácida.

“Me respondieran que la carpa era el símbolo de los chicos y que se enarbolaba ese tipo de esfigie piscícola en los hogares de aquellas familias que tuvieran un hijo de sexo masculino. ¿Y cuando cae el mes de las chicas? No existe... Es cierto que ya había observado la existencia de una diferencia sexual, pero eso nunca me había perturbado...Por primera vez, sospeché que se trataba de algo mucho más importante.” Amélie Nothomb, Metafisica de los tubos, 2000